Diferenciarse es cada vez más difícil. Una marca es lo que la define, así que antes de desarrollar un logo o incluso decidir el nombre, se debe trabajar en el concepto: cómo se va a posicionar y qué experiencia representa para la gente. A partir de eso ya se puede trabajar en toda su imagen para que todo vaya de acuerdo al concepto y se empiece a construir la marca.

Entre mejor podamos definir su concepto, más clara será la personalidad de la marca y más fácil será trabajar en los demás materiales.

Todo impacta en la construcción de marca/branding: Logo, colores corporativos, tipografías, medios que usa, diseño de materiales… la historia que queramos contar.